Las células del sistema inmune forman una red que puede estimular el crecimiento de cálculos biliares, una enfermedad común y dolorosa.
Cálculos biliares humanos (fila superior). La luz azul revela parches de ADN (en rojo, fila inferior) que estimulan el crecimiento de los cálculos.
Las piedras en la vesícula llamados también cálculos biliares pueden llegar a ser tan grandes como una pelota de golf y causar dolor intenso a la persona que lo padece, pero estudios recientes sugieren una nueva forma de detener su crecimiento.
A día de hoy el mejor tratamiento para las piedras en la vesícula o calculos biliares es la cirugía. La colecistectomia laparoscópica es un procedimiento realizado por vía mínimamente invasiva con una recuperación rápida y sin apenas molestias.
Dentro de las causas que clásicamente se han descrito para esta patología esta una dieta rica en grasas saturadas, el sobrepeso, la obesidad y factores hormonal. Ahora se expone una teoría que demostraría la participación del sistema inmunológico en la formación y crecimiento de las mismas.
Los cálculos biliares son depósitos sólidos de los jugos digestivos en forma de piedras que se forman en la vesícula biliar. Para comprender cómo se forman, Martin Herrmann, del Hospital Universitario Erlangen de Alemania, y sus colegas estudiaron los cálculos biliares humanos que habían sido extirpados durante procedimientos quirúrgicos.
El equipo descubrió que la superficie de las piedras estaban llenos de cristales de calcio y colesterol, los ingredientes básicos de los cálculos biliares, mezclados con ADN. Los experimentos en los cálculos biliares mostraron que los neutrófilos, un tipo de célula que es activada frente a infecciones, pueden producir estructuras en forma de red que están hechas principalmente de material genético y atrapan el calcio y el colesterol.
Los investigadores le dieron a un grupo de ratones un medicamento existente que reduce la actividad de los neutrófilos y a otro grupo un compuesto que bloquea la formación de las estructuras en forma de red por dichas células. En ambos grupos, el crecimiento de cálculos biliares fue más lento que en ratones no tratados.
Aun queda por dilucidar qué otros mecanismos están implicados en la formación de los cálculos biliares y cómo lograr modular dicho fenómeno y hacerlo reversible o evitable con algún medicamento como sugiere el presente estudio.
Fuente: https://www.nature.com/articles/d41586-019-02449-z
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