Una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas puede conseguir una pérdida de peso considerable, pero ahora los científicos debaten los efectos en la salud de este tipo de dieta a largo plazo.
Las dietas bajas en carbohidratos llevan muchos años de capa caída. Pero ahora una versión aún más estricta llamada dieta cetogénica está ganando atención popular, encendiendo un feroz debate científico sobre sus posibles riesgos y beneficios.
Tanto las dietas cetogénicas como otras bajas en carbohidratos alientan a los seguidores a eliminar los carbohidratos de sus dietas. Pero mientras que otras dietas bajas en carbohidratos aumentan gradualmente los carbohidratos con el tiempo, la cetogénica pone límites fijos a los carbohidratos y las proteínas. Esta forma de comer consume la glucosa del cuerpo, forzándolo principalmente a quemar grasa y producir una fuente alternativa de combustible llamada cetonas. Una dieta cetogénica típica restringe los carbohidratos a menos del 10% de las calorías y limita las proteínas al 20%, mientras que las grasas constituyen el resto.
La dieta cetogénica se ha popularizado en libros vendidos mundialmente sobre el tema, promovida por celebridades y promocionada en las redes sociales como una cura contra diversas dolencias. Los defensores dicen que causa una pérdida de peso sustancial y puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a mejorar drásticamente sus niveles de azúcar en la sangre, ya que dichos niveles disminuyen cuando las personas evitan los carbohidratos en su alimentación.
Se han realizado muchos estudios sobre la dieta cetogénica a lo largo de los años, pero la mayoría han sido pequeños y de duración corta. Un registro nacional de investigaciones clínicas muestra que más de 70 ensayos que analizan el impacto de la dieta en la salud cerebral, cardiovascular y metabólica se encuentran en marcha o en etapas iniciales.
Sin embargo, el mayor riesgo de la dieta cetogénica puede ser el que más se pasa por alto: la consecuencia de no comer carbohidratos sin refinar y con alto contenido de fibra.
Pero la dieta cetogénica no tiene escasez de detractores. Algunos médicos y expertos en salud dicen que puede conducir a una pérdida de peso rápida, pero que no es más eficaz que otras dietas a largo plazo. Y muchos dicen que les resulta preocupante porque fomenta el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, que se han relacionado con enfermedades cardíacas, al tiempo que restringe los ricos en nutrientes respaldados por décadas de investigación, como alubias, frutas, verduras con almidón y cereales enteros.
En julio del presente año, se publicó un ensayo en una revista medica advirtiendo que el entusiasmo por la dieta cetogénica como tratamiento para la obesidad y la diabetes "supera" la evidencia. Se señalan estudios que sugieren que la dieta cetogénica tiene poca ventaja sobre las dietas bajas en grasas para el control del azúcar en la sangre, y que podría causar efectos adversos como estreñimiento, fatiga, y en algunas personas, un aumento del colesterol LDL, un factor de riesgo para enfermedades del corazón.
Sin embargo, el mayor riesgo de la dieta cetogénica puede ser el que más se pasa por alto: la consecuencia de no comer carbohidratos sin refinar y con alto contenido de fibra, dice el articulo en cuestión. Los cereales integrales, las frutas y las legumbres son algunos de los alimentos más beneficiosos para la salud. Ademas no están relacionados con las epidemias de diabetes tipo 2 u obesidad, y no consumirlos puede tener un efecto negativo.
En mayo de 2019, la Asociación Americana para la Diabetes publicó un consenso sobre estrategias de nutrición para personas con diabetes. Se recomendó que las dietas ricas en alimentos no procesados, como las dietas mediterráneas y vegetarianas, podrían ayudar a las personas a prevenir y controlar la diabetes. Pero también se incluyó que reducir la ingesta general de carbohidratos "ha demostrado la mayor evidencia" para mejorar el control del azúcar en la sangre.
Los carbohidratos son el macronutriente que mayormente modifican los niveles de azúcar en la sangre, por lo que tiene sentido que reducirlos sea beneficioso para los pacientes que padezcan esta enfermedad.
Pero la teoría que se basa en carbohidratos e insulina para explicar la obesidad es un tema de mucho debate. Los científicos han publicado investigaciones que muestran que las personas realmente queman más calorías con dietas bajas en grasas, y muchos expertos sostienen que al final, las personas perderán peso con cualquier dieta siempre que consuman menos calorías.
En última instancia, es difícil llegar a respuestas definitivas en cualquier dieta porque los estudios de nutrición tienden a ser a corto plazo, no muy rigurosos, y hay una gran variación en la forma en que las personas responden a las diferentes dietas. Los estudios demuestran que, aunque algunas personas que adoptan una dieta muy baja en carbohidratos experimentan un aumento significativo en sus niveles de colesterol LDL, por ejemplo, otros ven poco o ningún cambio en absoluto.
Los expertos dan algunas recomendaciones a las personas que prueban la dieta cetogénica. Sugieren limitar los alimentos con alto contenido de grasas saturadas como mantequilla, carne y queso y centrarse en los alimentos con grasas no saturadas como el aceite de oliva, mariscos, nueces, pollo y aguacate. Recomiendan también consultar a un dietista o médico para obtener orientación, y saber si se está dispuesto a seguir con una dieta a largo plazo.
Fuente: https://www.nytimes.com/2019/08/20/well/eat/the-keto-diet-is-popular-but-is-it-good-for-you
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